SOSTENIBILIDAD VECTOR DE INNOVACIÓN

Bajo este título tan atractivo me inscribi a la Jornada que la Asociación de Empresas e instituciones del 22 @ Barcelona organizó el pasado jueves día 25 de marzo en el auditorio de la Torre Agbar. La decepción y la preocupación con que salí del evento eran muy profundas pues ni se vio por ninguna parte la SOSTENIBILIDAD, ni el VECTOR, ni mucho menos, y más preocupante, la INNOVACIÓN. Sólo una de las charlas fue sugerente, atractiva y descubridora de un posible camino hacia un nuevo modelo donde seamos más felices consumiendo menos. El modelo de la sociedad donde la valoración sea no por el crecimiento si no por el conocimiento y la felicidad. Esta charla la “bordó” el filósofo Jordi Pigem, pero se quedó solo pues nadie entendió lo que quería decir ni la magia y profundidad de la exposición y de sus conceptos pasaron de puntillas todos los miembros que ocupábamos menos de la mitad del auditorio. Posteriormente, y aquí para mí es donde duele, se presentaron dos documentos absolutamente aburridos y de innovadores nada. El uno las "Buenas Prácticas Ambientales", un documento triste, vacío y patrón de todos los modelos existentes de buenas prácticas que desde hace años venimos aplicando los comunicadores especializados en Medio Ambiente y Sostenibilidad en todos los niños y niñas de las ciudades donde hasta hoy hemos implementado las Agendas 21 y a partir de hoy, con conceptos más actuales, la participación ciudadana dentro de los PAES. Cómo puede ser que Lavola, a estas alturas del partido, presente a todos los empresarios un Modelo de Buenas Prácticas donde les explica que antes de salir una buena costumbre es apagar las luces. O que se puede reducir energía aprovechando las torres de los ordenadores, si hoy ya no hablamos de torres !!!. ¿Dónde está la innovación?. Y sobre el documento presentado y elaborado por la asociación 22@Barcelona sobre la “Sostenibilidad como Vector de Innovación”, aparte de aburrido, de innovador no tenía nada, pues todo el tiempo los términos utilizados fueron los más clásicos en el modelo que consideramos agotado; mercado ... , rentabilidad ..., producir con diferenciación ..., la Sostenibilidad será un parámetro para marcar diferencias entre competidores ..., etc, etc. Triste, muy triste, que una jornada donde se podía haber profundizado mucho sobre la investigación, los procesos de reducción de energías en la producción limpia, el eco diseño, la implementación de nuevos modelos a partir de la ISO 14064 siguiendo la trazabilidad del proceso productivo, las energías renovables, y sobre todo, como desde el mundo empresarial podemos y debemos generar emociones a la ciudadanía para que la Sostenibilidad llegue a formar parte del ADN de todos nosotros como Planeta que somos!.
Como las empresas pueden establecer a partir de la RSC una vía de marketing estratégico hacia un modelo económico y social sostenible, esto es lo que apuntaba Jordi Pigem pero quedó bajo la alfombra. Todo ello una demostración de que aún estamos con la cabeza en el modelo antiguo y no sabemos cómo reinventarnos ni cada uno de nosotros, ni cómo debemos hacerlo en nuestras respectivas empresas.

Joaquim Braulio
Baluarte Internacional
Comunicación para la Sostenibilidad






AHORA, USTEDES QUE PUEDEN... HÁGANLO !!!

Este es un país que lo conozco poco pero que me ha impactado de gran manera por la manera de ser de sus gentes, independientemente de donde sean, y por la belleza de sus paisajes y territorios. Jamás he vivido la experiencia de sufrir un seísmo y por tanto no tengo ni idea de lo que representa emocionalmente ni físicamente, tampoco tengo ni idea a que huele el miedo de estar inmerso en el fenómeno o desgracia natura. Ni mucho menos me imagino como seria mi conducta ante una situación tan destructiva como la que ustedes han vivido.

No tengo ni idea, y por lo tant, lo único que puedo hacer es ayudarles pero no poniéndome en su piel pues seria totalmente injusto, falso y quizás hipócrita. Lo único que he podido hacer es a través de Facebook, Twitter y otras redes, intentar con unos amigos de Barcelona, ayudar a contactar entre personas que buscaban información de familiares, o simplemente necesitaban saber si una farmacia estaba abierta o si se sabia algo de un amigo que estaba en Concepción....esto me ha hecho pensar y reflexionar sobre lo ocurrido a partir de las informaciones facilitadas directamente por amigos desde Chile y chilenos que viven en España. Me he hecho mi pequeña y modesta composición de lugar.

Conozco Chile por cuestiones profesionales ligadas a la comunicación, al medio ambiente y la sostenibilidad y es a partir de mi deformación profesional que me atrevo a escribir estas cuatro líneas sobre la oportunidad que representa esta desgracia. Si, parece frívolo y desaprensivo hablar de oportunidades cuando mas de setecientas personas ya no están entre nosotros, pues si... oportunidades para construir un modelo mejor con criterios innovadores y sostenibles para que estas personas no hayan perdido la vida en vano.

Debemos aprender que la comunicación y las comunicaciones son primordiales y que la tecnología que las rodea indispensables. Ahora es la gran oportunidad de rehacer, rehacer pero con criterios de innovación y pensando en que podemos comenzar a introducir criterios ambientales de construcción sostenible. Pensar en iniciar programas de introducción de energías renovables en las nuevas infraestructuras a desarrollar, dejemos de pensar en lo que fue y pensemos en lo que viene, andemos hacia un mundo más sustentable pero sustentable económica y filosóficamente.

Apostemos por que las tecnologías de la comunicación lleguen a todas partes que desde el pastor de Chiloé hasta el minero de Antofagasta o el pescador de Valparaíso y la peluquera de Santiago hasta la empresa más sofisticada de Ñuñoa, todos ,absolutamente todos tengan acceso a disponer de tecnología de la información y de la comunicación. Aprovechemos para que las zonas de baja densidad de población, algunas de ellas hay que volver a construirlas, renazcan con un nuevo concepto de vida y de relación y les llegue la modernidad de un mundo interactivo exactamente igual que si estuvieran en la gran RM. Tener la comunicación y tener la tecnología para utilizarla es tener la libertad.

Hagamos ahora un Chile más moderno, más sustentable, más competitivo y menos dependiente de energías convencionales. Que su entrada en la OCDE sea una lección de eficacia, rigor, valentía, coraje, humildad y trabajo bien hecho para todos los países acomodados que la componemos, y que tenemos mucho que aprender.

Ustedes se lo merecen, ustedes no se rinden, ustedes tienen coraje, piensen que no hay mal que por bien no venga, ahora tienen delante la puerta de entrada al nuevo modelo económico y social que la situación del Planeta requiere y que los grandes países se están planteando pero que para mover ficha les cuesta mucho esfuerzo. Ustedes que pueden... háganlo !!!.

Joaquim Braulio i Mayals

PENSANDO COMO UNA MONTAÑA

Este relato me lo ha facilitado German Venegas de Chile. Hombre dedicado al medio ambiente desde su puesto de politico.

El texto es de Aldo Leopold (1887-1948), ecólogo, ingeniero forestal y ambientalista estadounidense que impulsó el desarrollo de la ética ambiental contemporánea. Leopold es considerado el padre del manejo de áreas silvestres en Estados Unidos. Trabajó en el servicio Forestal y fue más tarde profesor en la Universidad de Wisconsin. Con una gran capacidad de comunicación escribió ensayos apelando al concepto de la tierra como organismo vivo. Leopold murió en 1948 de un ataque al corazón mientras combatía un incendio en los pastizales de un proyecto de restauración de Wisconsin. Su obra más conocida es A Sand County Almanac—una colección de ensayos que incluye Pensando como una Montaña (texto que transcribo a continuación).

“Un aullido profundo resuena desde el fondo del pecho, como eco de peñasco en peñasco bajando desde la montaña para desvanecerse en la profunda oscuridad de la noche. Es el arrebato de una pena desenfrenada, salvaje y desafiante, llena de coraje ante todas las adversidades del mundo. Todos los seres vivos (y tal vez también muchos de los muertos) prestan atención a este aullido. Para el ciervo es un aviso del destino de la carne, para el pino es una previsión de luchas de medianoche y sangre sobre la nieve, para el coyote es una promesa de los restos de las presas que vendrán, para el ranchero es una amenaza de cifras rojas en la cuenta del banco, para el cazador es el desafío del colmillo contra la bala. Sin embargo, más allá de estas expectativas y temores obvios e inmediatos subyace un significado más profundo, que sólo la montaña conoce. Solo la montaña ha vivido el tiempo suficiente como para escuchar y comprender el aullido de un lobo. Incluso aquellos que son incapaces de descifrar este significado oculto saben que este existe, pues se siente en todos los territorios con lobos y eso distingue a estos territorios de los demás. Su mensaje “hormiguea en la médula” de todos los que escuchan lobos en la noche o encuentran sus huellas durante el día. Aun cuando no los veamos u oigamos, su presencia se manifiesta en un centenar de pequeños acontecimientos: el relincho de un caballo de carga a medianoche; el golpeteo de rocas que ruedan y caen, los brincos de un ciervo en fuga, y la forma en que las sombras yacen bajo los pinos. Sólo el insensible podría dejar de percibir la presencia o ausencia de los lobos, o el hecho que la montaña posee una opinión secreta acerca de ellos. Mi propia convicción acerca de este hecho proviene del día cuando vi morir a una loba. Almorzábamos arriba de un alto peñasco, bajo el cual se abría paso un río turbulento, cuando vimos algo que pensamos era una cierva vadeando el torrente, con su pecho en las aguas blancas. Mientras subía por la rivera hacia nosotros y sacudía la cola, constatamos nuestro error: era una loba. Una media docena de otros, evidentemente cachorros grandes, saltaban en las praderas y todos se juntaban en una mezcla bienvenida, como juego que se manifiesta con colas meneándose y mordiscos. Se extendía al pie de nuestro peñasco, literalmente, un montón de lobos retozaban y revolcaban en el centro del llano abierto. En esos días no concebíamos dejar pasar la oportunidad alguna para matar un lobo. Dentro de unos segundos lanzábamos plomo a la manada, pero nuestros disparos iban con más excitación que precisión; siempre es confuso apuntar un tiro empinado que va a cuesta abajo. Cuando nuestros rifles estuvieron vacíos, la loba vieja ya estaba derribada y un cachorro arrastraba una pata hacia rodados intransitables. Alcanzamos a llegar donde la loba vieja a tiempo para ver en sus ojos moribundos un salvaje fuego verde que se extinguía. Allí me di cuenta, y desde entonces supe para siempre, que había algo nuevo para mí en esos ojos, algo que solamente ella y la montaña conocen. En esos días era joven y estaba lleno de ganas de disparar; pensaba que mientras menos lobos hubiese más ciervos habrían; la ausencia de lobos traería entonces un paraíso para los cazadores. Pero después de haber visto morir ese fuego verde, sentí que ni los lobos ni la montaña compartirían mi parecer. Desde entonces he vivido para observar cómo en región tras región se han ido exterminando los lobos. He contemplado la faz de las montañas donde recientemente se han extirpado los lobos, y en ellas he visto cómo las laderas que miran hacia el sur se van arrugando con miríadas de laberintos de nuevas huellas de ciervos. He visto cómo cada arbusto y retoño comestible ha sido ramoneado, primero hasta una debilidad anémica y luego hasta la muerte. He visto cada árbol comestible por los ciervos, deshojado hasta la altura de sus cuernos. Tal montaña se ve como si alguien le hubiese dado a Dios una podadora y le hubiese prohibido hacer otro ejercicio. Al final, blanqueándose junto a los esqueletos de los arbustos muertos o pudriéndose bajo los altos cipreses rayados, encontramos los huesos de aquellos ciervos de los cuales se esperaba tanto y que murieron de hambre por ser demasiados. Ahora sospecho, que tal como la manada de ciervos vive con el temor mortal de los lobos, la montaña vive con el temor mortal de la presencia de los ciervos. Y tal vez con mayor razón, puesto que para sustituir a un ciervo macho eliminado por los lobos se necesitan dos a tres años, pero para recuperar una pradera eliminada por el exceso de ciervos se necesitan muchas décadas. Lo mismo ocurre con los vacunos. El ranchero que limpia sus terrenos de lobos no se da cuenta que es él mismo quien debe realizar el trabajo de los lobos; esto es, debe ir ajustando el número del ganado para mantener su pradera. El ranchero no ha aprendido a pensar como la montaña. Por eso tenemos erosión, y los ríos lavan los suelos llevándose el futuro al mar. Todos aspiramos a tener seguridad, prosperidad, comodidad, una vida larga y sin sobresaltos. El ciervo se esfuerza con sus patas ágiles, el vaquero con sus trampas y venenos, el estadista con su lápiz, la mayoría de nosotros con máquinas, votos y dólares. Todos aspiramos a lo mismo: la paz en nuestros días. Un cierto grado de éxito en estos ámbitos parece necesario. Sin embargo, necesitamos un modo de pensar más objetivo, porque parece que demasiada seguridad genera solamente peligro en el largo plazo.”